En un encendido discurso la que fue
ministra de Medio Ambiente de Brasil ha llamado a los Pueblos
reunidos en Río de Janeiro ha ser mantenedores de utopía, a huir
del pragmatismo que nos quieren imponer, porque sin personas
soñadoras, ha dicho, no se habrían conquistado las democracias o
acabado con el Apartheid. “Hay que indignarse ante el modelo
depredatorio como nosotros nos indignamos contra la dictadura”.
Citando al movimiento 15M ha dicho que, “nuestros sueños son
mayores que vuestras urnas”, y que estando como estamos ante un
momento crítico en el que tenemos que hacer elecciones importantes
“tenemos el derecho de escoger lo que todavía no existe”.
Silva ha criticado que la Cumbre de los
Pueblos se encuentre fisicamente alejada de la Conferencia oficial.
Los líderes reunidos allí, ha denunciado Silva, no quieren sentirse
tocados o traspasados por lo que aquí decimos. No quieren escuchar.
Su empeño en que no tengamos demasiadas expectativas en el proceso y
su discurso de que es necesario resolver la crisis y crecer para
luego ver que hacemos con el problema ambiental, demuestra que no
han aprendido nada en estos 20 años.
Silva ha criticado duramente las
negociaciones, cuestionando la validez de los Objetivos del
Desarrollo Sostenible que se quieren aprobar. Los lideres del mundo
ya se han aprendido la lección, ha dicho, y su estrategia de oidos
sordos es aprobar objetivos a largo plazo, ahora para a partir de
2015 para, cuando llegue el momento de ver su cumplimiento y al
comprobar que no se han logrado, proponer otros nuevos para la
siguiente década. La ex-ministra de Lula ha puesto como ejemplo lo
ocurrido con los Objetivos del Milenio, donde poco o nada se ha
hecho. Unos objetivos vacíos, sin obligaciones, sin financiación,
sin compromiso, ni evaluación, solo sirven para cerrar otra Cumbre
más en falso.
“20 años despues de Río 92, lo que
se propuso entonces era mucho más avanzado que lo que se discute
hoy”, asegura. Silva ha criticado que se esté hablando de un Fondo
para financiar la economía verde. “No podemos perder el tiempo con
el color de la economía”, ha dicho. Hablar de mercado no va a
resover la crisis civilizatoria, multidimensional en la que estamos.
También ha arremetido duramente contra
el gobierno brasileño y su falta de liderazgo para avanzar hacia una
verdadera sostenibilidad mundial. Se ha mostrado particularmente dura
con el Código Forestal, que permite vías para seguir con la
deforestación, y con la interpretación que países con fuertes
emisiones como Brasil, India o China hacen del Principio de
Responsabilidades Comunes pero diferenciadas. Éste, ha defendido, no
puede servir como excusa para no hacer nada.
BRASIL, URGENTE, EL PLANETA ESTÁ
DOLIENTE!