La senadora de Amaiur-Grupo Mixto, Amalur Mendizabal, preguntó la semana pasada en el Senado al gobierno si va a respetar los compromisos que se aprueben en la conferencia de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible que se celebrará en Río de Janeiro en el próximo mes de junio.
La senadora acompañó la pregunta de una alusión al reciente anuncio por parte del Ministro de Medio Ambiente de que las emisiones de CO2 van a aumentar, lo que pone en entredicho los compromisos adquiridos por el Estado español en el marco de la Convención de Cambio Climático y el protocolo de Kyoto, sobre todo cuando España recientemente en el seno de la Unión Europea votó en contra de prohibir la importación de arenas bituminosas (combustible fósil de una elevada huella de carbono), sigue apoyando el carbón, o continúa por la senda iniciada por el gobierno socialista de poner frenos a las renovables.
Mendizabal se hizo eco además de la crítica de la sociedad civil en relación al dominio creciente que los intereses de las corporaciones tienen sobre la agenda de Naciones Unidas, a las presiones que algunos estados estaban ejerciendo en el proceso de negociación para eliminar derechos y principios básicos de la declaración, y al escaso impacto que la opinión de las organizaciones de la sociaded civil estaba teniendo en el la misma.
El ministro de Exteriores García-Margallo, que fue el encargado de responder a la pregunta, se fue a un discurso políticamente correcto en clave de equilibrio entre los intereses económicos, sociales y ambientales, lo único que dejó claro es que el presidente Rajoy asistirá a la Conferencia. Hay que recordar que hace diez años Aznar faltó al encuentro de Río+10 celebrado en Johanesburgo.
Transcripción de la respuesta de García-Margallo:
“Señoría, me voy a limitar a lo que la pregunta dice, sin entrar en juicios de valor o en confrontación con otras declaraciones de miembros de este gabinete.
Primer punto es que España y la Unión Europea estamos firmemente comprometidos con el éxito de la conferencia Río+20 y deseamos que sirva para dar un salto cualitativo en el compromiso con el desarrollo sostenible.
La delegación que estará allí presente será del más alto nivel –acabo de llegar de Brasil para prepararla- y estará encabezada por el propio presidente del Gobierno.
En tercer lugar, esperamos, deseamos que la conferencia permita renovar el compromiso con la agenda del desarrollo sostenible gracias a un enfoque que integre equilibradamente los aspectos sociales, económicos y medioambientales.
En cuarto lugar, deseamos que los trabajos de la conferencia, para que no se queden en mera literatura, en meras declaraciones retóricas, se plasmen en compromisos concretos, compromisos que deben considerar lo siguiente: la inclusión social, la erradicación de la pobreza, la creación de espacios en verde y un desarrollo equitativo a largo plazo”
La senadora acompañó la pregunta de una alusión al reciente anuncio por parte del Ministro de Medio Ambiente de que las emisiones de CO2 van a aumentar, lo que pone en entredicho los compromisos adquiridos por el Estado español en el marco de la Convención de Cambio Climático y el protocolo de Kyoto, sobre todo cuando España recientemente en el seno de la Unión Europea votó en contra de prohibir la importación de arenas bituminosas (combustible fósil de una elevada huella de carbono), sigue apoyando el carbón, o continúa por la senda iniciada por el gobierno socialista de poner frenos a las renovables.
Mendizabal se hizo eco además de la crítica de la sociedad civil en relación al dominio creciente que los intereses de las corporaciones tienen sobre la agenda de Naciones Unidas, a las presiones que algunos estados estaban ejerciendo en el proceso de negociación para eliminar derechos y principios básicos de la declaración, y al escaso impacto que la opinión de las organizaciones de la sociaded civil estaba teniendo en el la misma.
El ministro de Exteriores García-Margallo, que fue el encargado de responder a la pregunta, se fue a un discurso políticamente correcto en clave de equilibrio entre los intereses económicos, sociales y ambientales, lo único que dejó claro es que el presidente Rajoy asistirá a la Conferencia. Hay que recordar que hace diez años Aznar faltó al encuentro de Río+10 celebrado en Johanesburgo.
Transcripción de la respuesta de García-Margallo:
“Señoría, me voy a limitar a lo que la pregunta dice, sin entrar en juicios de valor o en confrontación con otras declaraciones de miembros de este gabinete.
Primer punto es que España y la Unión Europea estamos firmemente comprometidos con el éxito de la conferencia Río+20 y deseamos que sirva para dar un salto cualitativo en el compromiso con el desarrollo sostenible.
La delegación que estará allí presente será del más alto nivel –acabo de llegar de Brasil para prepararla- y estará encabezada por el propio presidente del Gobierno.
En tercer lugar, esperamos, deseamos que la conferencia permita renovar el compromiso con la agenda del desarrollo sostenible gracias a un enfoque que integre equilibradamente los aspectos sociales, económicos y medioambientales.
En cuarto lugar, deseamos que los trabajos de la conferencia, para que no se queden en mera literatura, en meras declaraciones retóricas, se plasmen en compromisos concretos, compromisos que deben considerar lo siguiente: la inclusión social, la erradicación de la pobreza, la creación de espacios en verde y un desarrollo equitativo a largo plazo”